La fórmula de la cesión o traspaso con opción de recompra es a menudo acogida por los futbolistas de la cantera, que así pueden ganar experiencia, acumular minutos y demostrar que pueden formar parte del primer equipo. Más aún en el caso de los grandes por la dificultad de hacerse un hueco, y principalmente en el puesto de delantero, donde se sitúan los nombres de más brillo y enjundia. De la cantera del Real Madrid han salido siempre buenos delanteros que han nutrido el ataque de los clubes del fútbol español, pero hacerse un hueco en el primer equipo es otra historia, pues está reservado para los mejores: desde Hugo Sánchez hasta Benzema pasando por Zamorano, Suker, Mijatovic, Morientes, Ronaldo, Higuaín, Van Nistelrooy o Cristiano. Y eso que de la cantera salieron dos de los mejores futbolistas de la historia del club como son Raúl y Butragueño, pero dos casos únicos, especiales. Otros muchos salieron para hacerse un nombre, regresaron pero no lograron asentarse.
Juan Eduardo Esnáider
Llegó al Real Madrid procedente de Ferro Carril Oeste como una de las promesas del fútbol argentino, pero después de alternar entre el filial y el primer equipo blanco, se marchó al Zaragoza en busca de minutos. Su etapa como blanquiazul fue brillante: ganó la Copa del Rey en su primera temporada y la Recopa de Europa en la segunda, siendo la estrella del equipo con solo 21 años.
Delantero de fuerte carácter y gatillo fácil, el Madrid, que lo había traspasado un año antes, decidió ficharlo de nuevo al ver que había dejado escapar un gran delantero, pero no cuajó en su regreso: en un equipo que había recuperado el título de liga con Zamorano como máximo goleador y Raúl como revelación, Esnáider llegaba para complementar el ataque, pero no le salió absolutamente nada en cada partido que jugó. Solo marcó un gol y la temporada del equipo fue desastrosa. Eso sí, le recuerdo un par de controles bajando el balón en carrera extraordinarios. Al término de aquel año fue traspasado al Atlético, donde volvió a parecerse al jugador de La Romareda.
Alfonso Pérez Muñoz
Solo las lesiones frenaron al que todos veían como sustituto de Butragueño antes de la irrupción de Raúl. Precisamente el año del debut del 7, con Valdano en el banquillo, parecía que compartiría delantera con Zamorano antes de lesionarse de gravedad. Al año siguiente, con el chileno, Raúl y el fichaje de Esnáider, Alfonso decidió marcharse cedido al Betis para tener minutos y no pudo elegir mejor destino, ya que en Sevilla se convirtió en uno de los futbolistas más recordados por la hinchada bética. Regresó al año siguiente no sin polémica, ya que el Madrid defendía que había sido cedido mientas que Lopera sostenía que era propiedad del Betis. Bueno era el presidente verdiblanco.
Finalmente hizo la pretemporada con el equipo entrenado por el recién llegado Capello, que parecía contar con él, pero los fichajes de Suker y Mijatovic le impedían guardar un sitio fijo en el ataque. Finalmente, el Betis pagó 1250 millones de pesetas y regresó a Heliópolis, donde cuajó una extraordinaria campaña marcando 25 goles a la vez que el Madrid ganaba la liga e ingresaba una buena suma por él. Todos ganaron.
Dani García Lara
Después de destacar en el Castilla (entonces Real Madrid B) fue traspasado al Zaragoza en 1995, donde rindió bien durante dos temporadas y compartió delantera con Morientes, futuro 9 del Real Madrid. El equipo blanco se llevó a ambos en 1997 al fichar a Morientes y ejercer la opción de recompra por Dani, pero solo el primero cuajó como madridista, arrebatándole minutos a Suker el año en el que el Madrid recuperó el cetro continental 32 años después.
La presencia de Dani aquel año fue testimonial y sería traspasado al Mallorca, donde se convertiría en uno de los pilares de un equipo que hizo historia al ganar su primer título oficial, la Supercopa de España con una gran actuación suya frente al Barcelona, y llegar a la final de la Recopa de Europa, que perdería ante la Lazio en la que sería la última edición del torneo. Su gran año animó al Barcelona a pagar 2500 millones por él, pero solo destacó en su primera temporada. Curiosamente, después coincidiría en el Camp Nou con Alfonso.
Jorge López, Tote
Al igual que Raúl, llegó a la cantera del Real Madrid después de que Jesús Gil desmantelara la del Atlético. Después de brillar en el Real Madrid C y en el segundo equipo, debutó en primera división pero se fue cedido al Benfica en 1999, donde no tuvo muchas oportunidades. Tras un regreso poco fructífero al Madrid se fue cedido de nuevo al Valladolid, donde esta vez sí demostró sus cualidades. No era un 9, sino más bien un mediapunta con más presencia en el juego, pero marcó diez goles en aquella temporada en Pucela que le valieron el regreso al Bernabéu.
Una de sus señas de identidad era la rabona, que le valió algún disgusto en aquella temporada de regreso cuando, jugando en Huelva ante el Recreativo, tiró de ese recurso en una clara ocasión para fallarla cuando el Madrid se jugaba la liga. Él defendió que así jugaba y lo volvería a hacer de nuevo. Tras una temporada con pocas oportunidades fichó por el Betis.
Javier Portillo
Después de destrozar todos los récords goleadores habidos y por haber en la cantera blanca, parecía que el Real Madrid había encontrado a su nuevo Raúl cuando este estaba aún en su apogeo. Hasta se parecían en su forma de correr. Sus primeras apariciones con el Madrid fueron muy esperanzadoras: mostraban un jugador con una facilidad insultante para el gol. No obstante, la presencia de jugadores como Raúl, Ronaldo o Morientes le privaron de minutos y los buscó en la Fiorentina, pero solo duró seis meses en el exigente Calcio de principio de siglo. Volvió al Madrid hasta el final de temporada, pero jugó muy poco y se fue cedido de nuevo al Brujas, donde tuvo algo más de suerte. Finalmente se desvinculó del Madrid y fichó por el Nástic, donde vivió su mejor temporada en la máxima categoría.
Roberto Soldado
Y precisamente fue a Portillo a quien fichó Osasuna, después de su buen año en Tarragona, para suplir a Roberto Soldado después de la buena temporada de este como cedido por el Madrid. Regresó entonces al Bernabéu, pero apenas contó para Schuster. Alguna vez ha declarado Soldado que entonces no tenía la cabeza en su sitio como para triunfar en un equipo como el Madrid. En los años siguientes brilló en Getafe y Valencia y fue internacional con la selección.
Álvaro Negredo
Una carrera muy parecida a la de Soldado tuvo Negredo, aunque su regreso al Madrid se parece más al de Alfonso. Tras marcar un buen número de goles en segunda con el Castilla se fue traspasado al Almería, donde siguió a lo suyo con la portería rival. El Madrid se guardó una opción de recompra que ejerció después de dos temporadas y había expectación con su regreso, pero en un verano en el que se fichó a Cristiano y Benzema y estaban ya Higuaín y Raúl, Negredo apenas hizo la pretemporada y fichó por el Sevilla a cambio de 15 millones de euros (la recompra le costó 5 al Madrid).
En el Pizjuán siguió marcando goles y fichó por el City, donde no tuvo tanta suerte a pesar de anotar nueve goles en su primera y única temporada. Al igual que Soldado, jugó en Inglaterra, después en Turquía y fue internacional con España sin acabar de asentarse como titular, aunque le dio tiempo a marcar 10 goles en 21 partidos.
Álvaro Morata
Quien sí se hizo un hueco fijo en la selección fue Morata, el único de esta lista que sí cumplió con las expectativas al regresar al club blanco. Tras ser una de las mayores promesas de la cantera y no tener sitio en el primer equipo, se fue traspasado a la Juventus en 2014, guardándose el Madrid una opción de recompra. Después de dos buenas temporadas en Turín, el Madrid pagó 32 millones por su regreso y, aunque en un principio no se sabía si sería de nuevo traspasado a otro equipo por una cifra mayor, se hizo finalmente un sitio en el equipo de Zidane y fue integrante de la famosa segunda unidad, que tan importante fue en el doblete de liga y Champions de aquel año. Sus 15 goles en liga hicieron que otros equipos, donde podría ser titular, llamaran a su puerta, y finalmente se marchó al Chelsea por 80 millones.
Borja Mayoral
Las idas y venidas de Mayoral han sido constantes: primero se fue cedido al Wolfsburgo, donde no tuvo buenos números, y volvió a Chamartín donde jugó sus minutos pero no acabó de hacerse un sitio en el primer equipo. Después estuvo cedido dos años en el Levante y otros dos en la Roma. Tras un buen primer año en el Calcio, donde marcó diez goles, no tuvo tanta suerte en el segundo y terminó el año cedido en el Getafe, donde ha hecho seis goles en estos últimos meses. Tras hacer la pretemporada con el Madrid y tener la posibilidad de ocupar el lugar de Jovic en la plantilla como suplente de Benzema, finalmente ha sido traspasado al Getafe a título definitivo por 10 millones.
Mariano Díaz
Después de hartarse a hacer goles en segunda B con el Castilla, Mariano también formó parte de aquella segunda unidad en la temporada 16-17, pero con un papel más residual. No obstante, tuvo su momento de gloria: en un partido en principio asequible ante el Deportivo en el Bernabéu, Morata adelantó al Madrid, pero un doblete de Joselu, también canterano del Castilla, dio la vuelta al marcador en un partido que se puso muy cuesta arriba. Zidane recurrió a Mariano y, a falta de cinco minutos, marcó el empate de cabeza iniciando la reacción de los suyos. Finalmente, Ramos marcó el 3-2 como más le gustaba: en el descuento. Uno de esos partidos donde se ganan ligas.
La falta de oportunidades hizo que se marchara traspasado al Lyon al año siguiente, y no le pudo salir mejor al marcar 18 tantos en la Ligue 1 y formar una buena delantera con Fekir. La salida de Cristiano le abrió el camino de vuelta al club blanco, que optó por no fichar a nadie más, e hizo efectiva la opción de recompra por el hispano-dominicano. En su caso no ha sido un regreso efímero: tras una vuelta triunfal con un golazo estratosférico ante la Roma en Champions, su papel en estos últimos cuatro años ha sido ínfimo, solo destacando el gol que le marcó al Barcelona en el Bernabéu nada más salir al campo en el tramo final de partido. Delantero peleón y con buen remate, apenas tuvo minutos tras un Benzema que cogió las riendas del equipo, pero no ha querido dejar el club y aún podría ser el nueve suplente si no llega nadie más en lo que queda de mercado.
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